Calculadora de Interés Compuesto

Simula interés simple y compuesto de forma rápida.

¿Qué es el interés compuesto?

El interés compuesto representa el crecimiento acumulado de un monto a lo largo del tiempo. En lugar de calcular siempre sobre el capital inicial, cada nueva porción de intereses se suma al saldo, haciendo que el monto rinda más en cada período.

Por eso se lo llama interés sobre interés. No es casualidad que muchos consideren este efecto como una de las mayores fuerzas de las finanzas.

¿Dónde aparece el interés compuesto?

Comparación: interés simple vs compuesto

Modelo Cómo funciona Ejemplo ($1.000 al 10% anual, durante 3 años)
Simple Calculado siempre sobre el capital inicial $1.300
Compuesto Calculado sobre el monto actualizado en cada período $1.331

Fórmula del interés compuesto

M = C × (1 + i)t

Ejemplo: invirtiendo $10.000 al 5% anual durante 3 años → M = 10.000 × (1 + 0,05)3 = $11.576,25

¿Cómo calcular en la práctica?

  1. Define el monto inicial, el período y la tasa.
  2. Usa la fórmula o nuestra calculadora de interés compuesto.
  3. Acompaña la evolución mes a mes en la tabla y el gráfico.

¿Y si hay aportes mensuales?

Cuando hay aportes recurrentes, el cálculo cambia. La fórmula es:

M = C × {[(1 + i)t – 1] / i}

Ejemplo: aportando $200 cada mes al 1% mensual, en 12 meses el monto aproximado será $2.714.

Efecto negativo del interés compuesto

Aplicado a deudas, el interés compuesto puede convertirse en una bola de nieve. Un saldo de tarjeta de crédito, por ejemplo, puede duplicarse en pocos meses si no se paga.

Aprende más

Además de nuestra calculadora, explora contenidos sobre:


Así como el interés compuesto ayuda al dinero a crecer paso a paso, también puedes aplicar este concepto al día a día. Prueba el método Pomodoro para organizar pequeñas tareas con foco y disciplina, y observa cómo la suma de esfuerzos simples genera grandes resultados.

Warren Buffett: tiempo, disciplina y el poder del interés compuesto

Warren Buffett suele decir que construir patrimonio tiene más que ver con el tiempo que con “golpes de genialidad”. Su historia lo confirma. Nacido en 1930 en Omaha (Nebraska), empezó temprano: de adolescente, compraba acciones, leía balances y vendía pequeños servicios. En la universidad, encontró el libro correcto — “The Intelligent Investor”, de Benjamin Graham — y luego estudió con Graham en Columbia. El método era simple y exigente: comprar negocios que valen más que el precio en la pantalla y tener paciencia.

En 1956, Buffett montó su primera sociedad de inversión (Buffett Partnership Ltd.). El enfoque era disciplinado: aportar capital, reinvertir ganancias y evitar movimientos emocionales. En 1965, asumió el control de una textil problemática llamada Berkshire Hathaway. El giro fue transformar la antigua fábrica en una holding: compró aseguradoras (el “float” del seguro se convirtió en combustible de largo plazo), luego negocios enteros y participaciones en compañías sólidas. En cada ciclo, las ganancias se reinvertían, no se distribuían — más base sobre la cual incidiría el siguiente interés.

Aquí entra un punto que suele pasarse por alto: el interés compuesto no brilla al comienzo. En los primeros años, el gráfico parece testarudamente “acostado”. Aportas, reinviertes y el total casi no se mueve. Es normal. El efecto compuesto solo muestra fuerza después de bastante persistencia. Buffett lo vio en la práctica: años 60, 70, 80… y el patrimonio cada vez más impulsado por las ganancias acumuladas, no solo por los aportes.

Otro detalle clave: constancia en los aportes y reinversión. Buffett no corrió detrás del “próximo cohete”. Usó las ganancias operativas y de inversiones para comprar más activos de calidad. Cuando la base crece, cada porcentaje rinde más dinero absoluto. Es el mismo principio para quien invierte mes a mes: los primeros depósitos parecen pequeños; diez o veinte años después, la bola de nieve se mueve sola.

La paciencia solo funciona porque resistió a las crisis — y no fueron pocas. Caída de 1973–74, crash de 1987, estallido de la burbuja de 2000, crisis financiera de 2008, pandemia en 2020… En todas, la ansiedad invita a “hacer algo”. Buffett, en cambio, mantuvo el plan: caja para oportunidades, foco en calidad y visión de décadas. Así, evitó vender barato lo que llevó años en componer y, cuando los precios estaban atractivos, reforzó posiciones — nuevos aportes para acelerar el compuesto.

Lecciones prácticas

¿Quieres verlo en la práctica? Usa la calculadora de interés compuesto y simula aportes mensuales por 20–30 años.

Fuente: Perfil de Warren Buffett — InfoMoney

Luiz Barsi: dividendos, rutina y el efecto compuesto a largo plazo

Luiz Barsi Filho habla de “construir renta” con la calma de quien vio muchos ciclos. Paulista, nacido en 1939, empezó desde abajo — trabajó temprano, estudió contabilidad, aprendió a leer balances y descubrió en la bolsa un camino de largo plazo. Nada de atajos: la idea era montar una cartera previsional que pagara dividendos suficientes para sostener la vida. El método quedó simple con los años: comprar participación en buenos negocios, aportar con regularidad, reinvertir los dividendos y repetir.

Barsi se hizo conocido como el “rey de los dividendos” no por frases de efecto, sino por proceso. Siempre trató los dividendos como materia prima del compuesto: cuando una acción paga, ese dinero vuelve para comprar más acciones de la misma empresa (u otra sólida), lo que aumenta la base que recibirá los próximos dividendos — y así sucesivamente. Al principio, parece poco. Los primeros años son de paciencia: aportas, llegan los dividendos, pero el monto crece despacio. Es normal. El interés sobre interés solo “despierta” de verdad después de mucho tiempo de constancia.

La disciplina atravesó grandes crisis de Brasil: hiperinflación y planes económicos, maxidevaluación de 1999, 2008, recesiones, pandemia. En todas, el guion era el mismo: mantener el foco en negocios capaces de generar caja, evitar vender por ansiedad y usar los momentos de precios bajos para reforzar posiciones. No es falta de miedo — es método. Quien sigue aportando en los períodos difíciles gana dos veces: compra más barato y acelera el compuesto cuando el ciclo gira.

Otro pilar es el criterio: mirar calidad (historial de ganancias, endeudamiento, gobernanza, sector) y precio (no pagar cualquier cosa por una buena empresa). Barsi insiste también en costos bajos y en no “picar” la estrategia — cada retiro innecesario quita combustible al motor de dividendos. El resultado, visto en décadas, es que la renta crece junto con el patrimonio: los dividendos aumentan la base invertida, que genera nuevos dividendos, que vuelven a inflar la base. Bola de nieve.

Lecciones prácticas

¿Quieres visualizarlo? Usa la calculadora de interés compuesto con aportes mensuales y plazos largos.

Fuente: Perfil de Luiz Barsi — InfoMoney